martes, 19 de octubre de 2010

Un nuevo tratamiento alivia el dolor de la osteoartritis mejor que cualquier fármaco disponible

Una nueva clase de analgésicos que se dirigen a los receptores de dolor musculoesquelético, en lugar de a vías del dolor más generales, podría aliviar el dolor de la osteoartritis mejor que cualquier fármaco en el mercado actualmente, pero aún quedan obstáculos por resolver antes de que sea aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU.. La investigación sobre la nueva terapia fue publicada ayer en la revista New England Journal of Medicine.

La osteoartritis se produce cuando el cartílago articular se desgasta, con los peores requiriendo cirugía de reemplazo articular. El dolor puede ser implacable, y no existe una cura real. Los pacientes a menudo pasan el día a base de analgésicos, generalmente a partir de opciones de venta libre, como el ibuprofeno o el acetaminofeno, ambos fármacos antiinflamatorios no esteroideos (NSAIDs, por sus siglas en inglés). A medida que el dolor se intensifica y los pacientes se vuelven tolerantes al efecto de los fármacos, se abren camino gradualmente hacia los opioides como la oxicodona.

El nuevo tratamiento, llamado tanezumab, actúa sobre una vía completamente diferente. Mientras que los NSAIDs inhiben una enzima que produce inflamación, y los opioides se dirigen a unos receptores específicos del sistema nervioso central, el tanezumab se centra en los receptores de dolor musculoesquelético. Este enfoque promete menos efectos secundarios, como hemorragias internas, lesiones al hígado y peligro de adicción, que pueden acompañar a las alternativas.

El tanezumab, que fue desarrollado por Pfizer, es el primero de una nueva clase de analgésicos que inhiben las neuronas sensoriales, impidiendo que transmitan señales de dolor al cerebro. En un ensayo clínico para evaluar la eficacia del medicamento por vía intravenosa, los pacientes a los que se les administró el tanezumab mostraron una reducción del dolor del 62 por ciento--hasta un 40 por ciento mejor que aquellos a los que se les administró un placebo.

"No hay nada disponible que funcione de esta forma--ésta es una molécula que cambiará las reglas del juego", afirma Nancy Lane, directora del Centro de Envejecimiento Saludable de la Universidad de California, con sede en Davis, e investigadora principal del estudio. Los NSAIDs y los opiáceos muestran alrededor de la mitad de la eficacia del tanezumab (aunque en el estudio sólo compararon diferentes dosis de tanezumab con un placebo en lugar de con los medicamentos disponibles en la actualidad). Sin embargo, Lane insiste: "La eficacia fue increíble."

El tanezumab funciona impidiendo que una proteína llamada factor de crecimiento nervioso se adhiera a las neuronas sensoriales, bloqueando de esta forma la transmisión de las señales de dolor al cerebro. Se trata de una vía específicamente relacionada con el dolor muscular y óseo y, por lo tanto, ofrece una oportunidad para el alivio de un tipo de dolor específico.

"Esto representa realmente una nueva clase de fármacos, y han transcurrido muchas décadas desde que se introdujo por última vez una nueva clase de agentes para el tratamiento de la artrosis", destaca Patrick Mantyh, profesor de farmacología de la Universidad de Arizona. "Es un artículo excelente, muy completo, y un bonito caso de encontrar un enfoque muy novedoso para el tratamiento del dolor y que muestra un resultado clínicamente significativo.”

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades estiman conservadoramente que aproximadamente 27 millones de personas sufren de osteoartritis en los EE.UU.--un número que representa una gran oportunidad para cualquier empresa que pueda mejorar los analgésicos existentes. Al menos cuatro empresas farmacéuticas estadounidenses tienen terapias en desarrollo para inhibir ya sea el factor de crecimiento nervioso o el receptor al que se une; y todas están siguiendo atentamente el progreso de Pfizer.

Los resultados del estudio vienen con un comentario de precaución. Lane y sus colegas completaron el estudio en 2007. En los años posteriores, Pfizer inició varias pruebas clínicas de fases II y III, pero desde entonces ha recibido la orden de la FDA de suspenderlas: los consiguientes ensayos clínicos causaron a un pequeño número de participantes una degeneración de los tejidos tan significativa que requirieron cirugía de reemplazo articular, y no necesariamente en la articulación por la cual se sometían al tratamiento.

Es necesario realizar más estudios para determinar si el daño articular ocurrió porque el tanezumab estaba afectando a hueso de alguna forma o porque era tan eficaz que los pacientes fueron más activos de lo que deberían haber sido y no sentían el dolor para advertirles de una lesión grave. Lane cree que se trata de esto último. "Funciona tan bien que la gente va a tener que ser asesorada. El hecho de que no sienta dolor no significa que su enfermedad haya desaparecido", señala ella. "El dolor es bueno; nos impide hacer demasiado. Y este medicamento es muy bueno, tan bueno que permite a la gente hacer más de lo que deberían."

Conseguir que un analgésico sea aprobado por la FDA siempre ha sido difícil, puesto que ya hay muchos fármacos disponibles en el mercado con un historial comprobado de seguridad y eficacia relativamente bueno. En la era post Vioxx (el fármaco que fue aprobado y seguidamente retirado del mercado, al haber sido demostrado que aumentaba el riesgo de apoplejía y ataque cardiaco), la FDA pone el listón aún más alto.

Incluso si resulta que el tanezumab actúa sobre el hueso y no sobrevive al proceso de aprobación, Mantyh señala, la investigación no sería menos importante: demuestra que el factor de crecimiento nervioso realiza un papel importante en la conducción del dolor óseo y es por lo tanto un buen blanco para el alivio del dolor. "Al final, si por alguna razón el medicamento no se aprueba, ellos han proporcionado datos clínicos que muestran que [el factor de crecimiento nervioso] es un punto importante en la transmisión del dolor de la osteoartritis.”

Kevin Koch, director científico y presidente de Array Biopharma con sede en Boulder, Colorado, comenta que Pfizer merece ser felicitada por este movimiento agresivo. "Ser el primero siempre es más difícil", afirma él. Array está trabajando en su propio tipo de inhibidor del factor de crecimiento nervioso, una versión de administración oral que dura sólo 12 horas, en lugar de ocho semanas. Así que está particularmente interesado en los resultados de los ensayos clínicos del tanezumab y en el proceso de aprobación de la FDA. "Éste es un mecanismo muy emocionante", afirma Koch. "Ésta es con diferencia la nueva terapia contra el dolor más eficaz que he visto."

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