lunes, 29 de noviembre de 2010

"¿Adónde se ha ido todo ese buen marketing?": Michael Fleischner

Yo no sé ustedes pero yo siento que hay escasez de buen marketing hoy. ¿Qué quiere decir con “buen marketing? Ese que se pega que lo lleva a uno a la acción. El único marketing que realmente me ha movido en los últimos dos años ha sido el de Apple. ¿Y cómo lo sé? Tengo tres ipods.

Tal vez usted esté pensando que es más el producto que el marketing lo que condiciona la conducta, y en lo que se refiere al ipod yo no estaría en desacuerdo. Sin embargo, diría que en cierta medida, el marketing tiene que ser todavía mejor cuando el producto es algo más común.

Apple ha mantenido un cierto nivel de éxito con su marketing ahora que esas acciones no sólo deben conectarse con campañas anteriores sino también convencer a los actuales clientes de que sus actuales productos no son suficientes.

Parece que eso se hace, no mediante un juego de muñeca sino demostrándole a usted lo que no puede hacer con su actual aparato. Ilustrando eso de una forma que es contraria a su actual satisfacción, le hará sentir que su ipod – que hasta hace un momento estaba muy bien – de pronto se volvió inadecuado. Para mí, eso es marketing realmente bueno.

Entonces, ¿qué podemos aprender de los millones que gasta Apple en publicidad año tras año? Creo que la respuesta a esa pregunta es trabajar paso a paso con su equipo de desarrollo de productos para mostrar los desarrollos y aprovechar las emociones de aquellos que usan sus productos. Cuando uso mi iTouch, siento que puedo hacer muchas cosas, me siento al día y completo. No habría llegado a esa conclusión sin la ayuda del marketing.

La lección que yo extraigo es que el marketing, hecho correctamente, nos ayuda a definir cómo nos sentimos con un producto. Una vez que usted ha logrado que sus clientes – o clientes posibles – le pongan emociones a sus productos, usted habrá desarrollado clientes leales. La próxima vez que usted esté pensando en una campaña de marketing, considere cómo quiere que sus clientes se sientan con su producto.

Maneje todo el proceso de decisión de compra para controlar coherentemente la experiencia que refuerce o produzca esos sentimientos deseados. Una vez que haya logrado hacer eso bien, sus mensajes de marketing y promociones deberían resultarse relativamente fáciles de producir. Eso es lo que yo llamo buen marketing.

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