lunes, 19 de septiembre de 2011

De no tener doctor a tener uno electrónico en la India rural


Una empresa de telemedicina ofrece revisiones médicas virtuales por un dólar en países pobres.

En el pueblo de Hari Ke Kalan, situado en la región del Punjab (en el norte de la India) no cuentan con muchos médicos. Sin embargo, los residentes de este pueblo cuentan ahora con una nueva clínica sanitaria, a la que pueden acudir en bicicleta, que les ofrece una cita con un médico a cambio de un dólar (72 céntimos de euro) a través de una gran pantalla de televisión conectada a Internet de banda ancha.
La clínica, construida por una start-up llamada Healthpoint Services, pertenece a una red de ocho "puntos electrónicos de salud" que la empresa con fines de lucro ha construido en la India como parte de un esfuerzo cada vez mayor por parte de empresarios emprendedores por sacar provecho de la rápida expansión de los móviles y el acceso de banda ancha en las zonas más pobres del mundo. Tras éxitos tales como los sistemas de pago por mensajes de texto en algunos países, muchos expertos creen la siguiente aplicación tecnológica importante en las naciones pobres será dentro de la medicina.
En la India, la población rural a menudo tiene poco acceso a los servicios médicos. Cuando los habitantes de pequeños poblados se enferman, o bien deben realizar un costoso viaje para visitar las clínicas en las grandes ciudades, se arriesgan a visitar a profesionales locales con pobres conocimientos médicos, o van a clínicas del gobierno gratuitas atendidas por médicos solo unas pocas horas a la semana.
La clínica de Healthpoint en Hari Ke Kalan es una empresa con fines de lucro, señala Al Hammond, cofundador de la compañía. Cobra alrededor de 80 centavos de dólar (58 céntimos de euro) por una consulta con un médico y un dólar (72 céntimos de euro) por realizar pruebas de diagnóstico, tales como análisis de sangre para medir el azúcar o detectar infecciones. "Para una familia con unos ingresos de 3 a 4 dólares por día (de 2,17 a 2,9 euros), esto resulta asequible y nosotros podemos cubrir nuestros costes con los precios", asegura.
Hammond, que se autodenomina "emprendedor social en serie", afirma que después de estudiar a consumidores con bajos ingresos decidió que una empresa con fines de lucro tendría mejores oportunidades de éxito que una organización sin ánimo de lucro para ofrecer atención médica a millones de personas que la necesitan. "Solo tiene sentido hacer esto si se puede ampliar lo suficiente como para cambiar el sistema de salud", explica. "Como startup, yo no trataría de cambiar el sistema de salud de EE.UU.. Sin embargo, en la India rural no tienen sistema de atención sanitaria, por lo que resulta mucho más fácil innovar allí".
La empresa fue fundada inicialmente por inversores ángel en EE.UU., atraídos por el impacto social de la empresa, entre los que se encuentran los cofundadores de Athenahealth, una productora de tecnología de historiales médicos electrónicos con sede en Watertown, Massachusetts. Hammond explica que Healthpoint se ha convertido rápidamente en rentable y que las clínicas proporcionan un "flujo de caja positivo".
Cada clínica Healthpoint suele comenzar como un servicio de agua, donde las familias locales pueden llenar jarras con agua limpia por una suscripción mensual de 1,5 dólares (1,08 euros). Hammond considera el servicio como una forma de medicina preventiva, y no solo por el hecho de que muchas enfermedades infecciosas se propaguen a través del agua contaminada. Los habitantes de los pequeños pueblos que vienen a por agua a menudo terminan siendo vistos por un médico. Además de las ocho clínicas de salud electrónicas, la compañía cuenta con 16 puntos de agua en la India, y tiene planes para expandirse a América del Sur y África.
Las clínicas son atendidas por trabajadores de la salud que miden los signos vitales, tales como la presión arterial y el ritmo cardíaco, y transmiten la información a un médico en una ciudad cercana. Los trabajadores locales también realizan pruebas de diagnóstico, tales como pruebas de colesterol o de embarazo; los resultados se transmiten al médico y se guardan en el registro sanitario electrónico del paciente. Con el tiempo, Hammond espera conseguir ayuda del Gobierno o de otro tipo para financiar la atención de aquellos que no puedan pagar el coste de una cita.
La telemedicina resulta muy adecuada para hacer frente a dos problemas importantes de la prestación de atención sanitaria en la India: la creciente población y la escasez de médicos. "Muchos [médicos] se han ido al extranjero, y los que se quedan aquí no quieren ir a las aldeas remotas", afirma Sunita Maheshwari, doctora y cofundadora de Teleradiology Solutions, una empresa de externalización de servicios cuyos médicos de guardia analizan imágenes de radiología para hospitales en la India y en otros países. "La telemedicina podría rellenar este hueco".
Algunos de los esfuerzos anteriores por extender la telemedicina en la India han acabado no teniendo éxito, incluyendo un plan del Gobierno nacional en 2005 con el que presupuestar fondos para 50 instalaciones. "En la práctica, nunca llegó a despegar", señala Maheshwari. También asegura que la iniciativa fracasó debido a la poca fiabilidad de las conexiones por satélite, la falta de acceso de bajo coste a la banda ancha y la escasez de conocimientos prácticos sobre el terreno. En la actualidad, gracias a la reducción de los costes de la banda ancha y al aumento de la fiabilidad de las comunicaciones inalámbricas en el país, hay más probabilidades de que la telemedicina tenga éxito.
Los pacientes en la India han aceptado la telemedicina de forma sorprendentemente rápida, señala Maheshwari. Los radiólogos que trabajan con su empresa proporcionan consultas por Internet a clínicas gratuitas en el norte de la India construidas por Cisco Systems. "Vemos a unos 20 pacientes al día", explica. "Ahora todo el mundo quiere tener un médico en Bangalore".
Copyright Technology Review 2011.

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