miércoles, 14 de septiembre de 2011

Practice Fusion: ¿Cómo puede una empresa de software tener un crecimiento vertiginoso?



De cómo las subvenciones federales, la computación en la nube y una decisión de regalar su producto hizo crecer vertiginosamente a una empresa de software para informatizar historias clínicas.
Una empresa de software para historias clínicas informatizadas llamada Practice Fusion tiene una oferta que suena demasiado bien para ser verdad. Paso 1: descárgate el software gratuito. Paso 2: recibe 44.000 dólares.
Si bien en la práctica no es tan sencillo como suena, la oferta es real y ayuda a explicar por qué Practice Fusion está siendo un revulsivo en el mercado multimillonario de los sistemas de historias clínicas. En solo cuatro años la empresa ha crecido hasta servir a 120.000 profesionales de la medicina que ahora guardan los historiales de 19 millones de pacientes. Esas cifras representa aproximadamente un 8 por ciento de la población de Estados Unidos.
Hasta hace poco, los médicos que quisieran instalar un sistema de historias clínicas informatizadas (HCI) tenían que pagar decenas de miles de dólares. Pero ahora hay empresas entre las que se incluyen Practice Fusion, Medgen y AthenaHealth, que promueven programas basados en la red, muy reducidos de precio, algo similar a los servicios de correo electrónico gratuito, con la esperanza de crear valiosas bases de usuarios.
La expansión del software de HCI barato ha ganado fuerza gracias los incentivos federales, parte del paquete de estímulo económico de la administración de Obama. Estos incentivos ofrecen bonus de entre 44.000 y 64.000 dólares a aquellos médicos, dentistas e incluso podólogos que empiecen a usar historias clínicas informatizadas para pacientes cuya atención médica esté cubierta por Medicare y Medicaid -la atención sanitaria pública en Estados Unidos a jubilados y gente con pocos recursos, respectivamente-.
Entre los vendedores de software para HCI, Practice Fusion es quien ha ido más lejos al rebajar su precio a cero. La empresa gana dinero mostrando anuncios de empresas farmacéuticas y otras a los usuarios. Éstos, si lo prefieren, puedes eliminar los anuncios por una tarifa de 100 dólares mensuales. “Es gratuito en el mismo sentido en que Facebook y Google lo son”, afirma su director ejecutivo y cofundador, Ryan Howard.
Aunque Practice Fusion no es un Facebook médico, ése parece ser el camino que quiere seguir la empresa. Los ejecutivos de la compañía cuentan que en menos de un año empezarán a ofrecer software gratuito a los pacientes, permitiéndoles ver sus historiales e incluso añadir información a los mismos. También esperan abrir la plataforma de software a desarrolladores de aplicaciones externos.
El practicante Denis Tarrant es uno de los usuarios de Practice Fusion. Cuando empezó con su negocio de vistas a domicilio en la ciudad de Nueva York en 2002, cargaba con carteras repletas de historias médicas en el metro. Hoy en día, 17.000 visitas a pacientes después, Tarrant viaja ligero de equipaje. Con solo abrir un iPad puede sacar el HCI de un cliente, entrar a ver los resultados de sus análisis de sangre, tomar notas y solicitar recetas.
El campo de las HCI sigue dominado por empresas que venden costosos sistemas instalados por médicos de  elevados honorarios. Tarrant, miembro de la junta de la Asociación de Practicantes del Estado de Nueva York, dice que antes de escoger Practice Fusion investigó otros sistemas cuyo coste de instalación era de 40.000 dólares más 1.500 dólares por mes por usuario, además de 1.750 dólares en concepto de cursillo de entrenamiento. “No veía que lo que me proporcionaban valiera esa cantidad ni de lejos”, afirma. En vez de eso, decidió invertir en contratar a otro practicante para expandir su negocio.
Tarrant ya lleva dos años usando Practice Fusion. Este verano el software ha entrado dentro del programa de incentivos del Gobierno de Estados Unidos. Como Tarrant atiende a pacientes de Medicare, ahora podría recibir hasta 64.000 dólares, pagados a lo largo de cinco años, para continuar usándolo.
Subvenciones aparte, el atractivo del modelo de negocio de Practice Fusion reside en parte de su uso de la computación en la nube. Su software, así como todos los datos de pacientes introducidos por los usuarios, se almacenan en los propios servidores de la empresa. Los usuarios acceden tanto al software como a los datos mediante un buscador.
El sistema de usar la nube está eliminando dificultades para los médicos autónomos y las pequeñas consultas que actualmente son la mayoría de los usuarios del servicio. “Si me falla el software, es problema de Practice Fusion”, explica Tarrant. Él ha sufrido un único fallo del sistema en dos años. En aquella ocasión, comenta, “lo arreglaron en menos de tres horas, gratis”.
Almacenar historiales clínicos en la nube también implica que los médicos pueden acceder a ellos desde cualquier parte, relata Andrew Bronstein, cirujano ortopédico que usa Practice Fusion en su clínica de Las Vegas. Ya esté en la consulta, en casa, “o en un ordenador de hotel de vacaciones en México”, afirma, “estoy a 15 segundos de poder ver un historial médico”.
Practice Fusion no hace públicos los datos sobre si es rentable aún o no. El principal objetivo de la empresa parece ser crecer lo más rápidamente posible. Su director médico, Robert Rowley, un facultativo de medicina general que aún ve pacientes dos días por semana, afirma que en el próximo año la empresa planea introducir software también para los consumidores, “para que tú, el paciente, puedas conectarte... ver tus alergias y vacunas, tus medicamentos y resultados de análisis”.
El software “talla única” de Practice Fusion aún no es la plataforma de HCI predominante en Estados Unidos. En la actualidad hay más historiales clínicos almacenados en sistemas vendidos por empresas establecidas que instalan software complejo y muy personalizado para sistemas hospitalarios grandes.
Practice Fusion cree que puede adelantarse copiando estrategias de software usadas por sitios como Facebook y Google Maps, incluyendo adoptar un API (un interfaz de programación de aplicaciones, en sus siglas en inglés) que podría permitir a cualquiera desarrollar aplicaciones que se conecten con su plataforma de software. Por ejemplo, Rowley imagina a los pacientes usando aplicaciones escritas por empresas externas para subir datos médicos personales desde aparatos medidores de glucosa o básculas de baño. Todo ese flujo de datos se podría “monetizar”, afirma Rowley, aunque no está claro exactamente cómo se llevaría a cabo.
El año pasado Practice Fusion patrocinó un reto para desarrolladores, dejando a los programadores trabajar sobre 15.000 historiales clínicos de los que se había eliminado cualquier información que sirviera para identificar a los pacientes. El ganador, el estudiante de medicina John Schrom, creó una aplicación para hacer un seguimiento de la propagación de enfermedades a través del país. “Abrir los APIs ha desatado una tremenda creatividad en otras industrias”, señala Matthew Holt, un consultor de informática para sanidad con base en San francisco.
Sin embargo, Practice Fusion aún no permite a fuentes externas estudiar sus datos de pacientes, afirma Rowley. La empresa aún intenta averiguar cómo facilitar los datos para aplicaciones, investigadores y otras empresas al mismo tiempo que se protege la intimidad del paciente. La empresa está patentando algunas de sus ideas, pero las reglas sobre la transmisión de informes sobre pacientes a través de Internet -o su análisis con aplicaciones- aún no están claras o ni siquiera existen.
Eso significa que Practice Fusion o cualquier otro aún puede tardar un tiempo en convertirse en el Facebook de las historias clínicas. “Hay mucho debate sobre regulación y seguirá habiéndolo, sobre cómo debe regular el Gobierno la transmisión y el uso de la información privada de los pacientes”, explica Rowley. “Somos conscientes de que somos los custodios de datos para los médicos”.
Copyright Technology Review 2011.

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