viernes, 9 de septiembre de 2011

Uso de 'smartphones' para ayudar a controlar las enfermedades crónicas


Seguimiento sanitario: Una aplicación desarrollada en la Universidad de Toronto (Canadá), ayuda a las personas a controlar su presión arterial. Se conecta con un sistema inalámbrico para el seguimiento de la presión arterial y recuerda a los usuarios que tomen lecturas.
Fuente: University Health Network

Las aplicaciones conectadas a sistemas médicos de seguimiento han demostrado mejorar la salud de personas con diabetes e hipertensión; además, podrían aliviar la carga del sistema sanitario.

Las tiendas de aplicaciones se están llenando de programas diseñados para ayudar a las personas a controlar su salud mediante el uso de un teléfono inteligente. Sin embargo, la mayoría de estas aplicaciones simplemente facilitan a los pacientes el registro de sus mediciones de salud, tales como el peso o la presión arterial. No está claro si realmente mejoran notablemente el comportamiento relacionado con la salud.
Joseph Cafazzo, ingeniero biomédico en la Red de Salud de la Universidad de Toronto (Canadá), junto a sus colaboradores, ha desarrollado aplicaciones que consiguen hacer mucho más. Sus aplicaciones interactúan de forma inalámbrica con dispositivos médicos -incluyendo un sistema de seguimiento de la presión arterial y otro para el azúcar en la sangre- y ofrecen sugerencias basadas en las lecturas. El equipo encontró que las personas que utilizan los programas bajaron su presión arterial y fueron más cuidadosas con el seguimiento y análisis del azúcar.
Uno de los hallazgos más interesantes fue que los médicos no parecieron desempeñar ningún papel en el cambio. "Lo que ocurrió es que los pacientes se hicieron responsables de sus propios cuidados", afirma Cafazzo, que dirige el Centro para la Innovación Global de la Sanidad Electrónica de la universidad.
Los esfuerzos de Cafazzo fueron en parte resultado del creciente uso de los teléfonos inteligentes como instrumentos médicos, así como un aumento de los dispositivos de control remoto y en el hogar que están logrando trasladar la medicina fuera de la consulta del doctor.
Sin embargo, a diferencia de muchos sistemas de seguimiento ya existentes, Cafazzo considera que su trabajo otorga una mayor responsabilidad al paciente. "El objetivo de los dispositivos de seguimiento clásicos en el hogar es recopilar información y entregarla al médico, quien tiene que analizarla y actuar en base a ella, para después devolver dicha información al paciente", asegura. "No se trata, en realidad, de un tipo de autoatención".
En un ensayo clínico del sistema llevado a cabo durante un año, y en el que participaron 110 pacientes con hipertensión diabética, Cafazzo y sus colegas hicieron que algunas personas usaran la aplicación y un monitor de presión arterial en el hogar, mientras que otras utilizaron solo un monitor. Los que utilizaron la aplicación experimentaron un descenso de la presión arterial sistólica de 10 milímetros de mercurio como media, lo que podría reducir el riesgo de eventos cardíacos en un 25 por ciento. Aquellos que utilizaron solo el monitor de presión convencional no experimentaron esta reducción de la presión arterial.
Los médicos no alteraron significativamente la medicación o los regímenes de tratamiento de los pacientes durante el curso del estudio, por lo que los investigadores afirman que los cambios en materia de salud deben haber sido debidos solamente a la aplicación de seguimiento y a los cambios relacionados con el comportamiento del paciente, tales como los nuevos patrones de alimentación y un mejor cumplimiento en cuanto a la toma de medicación. "El monitor por si solo no es suficiente", afirma Cafazzo. "El teleseguimiento activo mantiene a los pacientes involucrados".
La aplicación destaca tendencias en las lecturas de la presión arterial y detecta los momentos en que los usuarios se olvidan de tomar sus medidas, recordándoselo con una llamada telefónica automatizada. Dar a los pacientes herramientas de autoseguimiento hace que sean conscientes de sus estadísticas de salud a diario, y no solo en la semana previa a la cita con el médico, señala Cafazzo. Esto es especialmente relevante para la hipertensión, que no suele tener síntomas detectables.
Un segundo proyecto se centró en los adolescentes con diabetes, una población difícil para los médicos puesto que los jóvenes están pasando de ser cuidados por sus padres a ser responsables de su propio cuidado. Los investigadores trabajaron con Apple para crear una aplicación compatible con un sistema de seguimiento del azúcar en la sangre. La aplicación recuerda a los usuarios comprobar su azúcar en la sangre y los recompensa con certificados de iTunes si su comportamiento es saludable. Si se detecta una serie de medidas bajas, se solicita a los usuarios que piensen sobre lo que ha podido causar la tendencia. Los adolescentes que utilizaron la aplicación comprobaron su azúcar en la sangre dos veces más que los que no la usaron.
Cafazzo opina que las herramientas de autoseguimiento como estas serán fundamentales para cambiar la forma en que las enfermedades crónicas, tales como la diabetes y la hipertensión, son controladas. Estas afecciones representan una enorme carga financiera para los sistemas de atención sanitaria. "La atención primaria no es el mejor lugar para el control de las enfermedades crónicas", asegura Cafazzo. "Deberían estar en manos de las enfermeras y los propios pacientes".
Para ambas aplicaciones, los investigadores obtuvieron la aprobación de Health Canada (similar a la Agencia Estadounidense del Medicamento de EE.UU., o FDA, por sus siglas en inglés) para ejecutar los ensayos clínicos. A medida que las aplicaciones de teléfonos inteligentes sean cada vez más sofisticadas, incorporando sensores externos e inteligencia para hacer recomendaciones a los usuarios, este tipo de aprobación se hará cada vez más importante. Cafazzo afirma haber gastado más dinero para realizar el ensayo clínico que para el desarrollo de la tecnología.
En julio, la FDA anunció su intención de regular las aplicaciones de teléfonos inteligentes que se utilicen como accesorio de un dispositivo médico ya regulado por la propia FDA, o que usen archivos adjuntos, sensores u otros dispositivos para transformar el teléfono en un dispositivo médico.
El equipo de Cafazzo tiene planes para crear una aplicación similar dirigida a los niños con asma. También espera poder colaborar con una compañía para comercializar las dos aplicaciones ya existentes. Una versión limitada de la aplicación de seguimiento de la diabetes está actualmente disponible en la Tienda de Aplicaciones de Apple; no incluye el seguimiento automatizado del azúcar en la sangre, aunque anima a los usuarios a hacerse las pruebas con regularidad.
Copyright Technology Review 2011.

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