lunes, 19 de diciembre de 2011

Clayton Christensen hace su selección en bolsa

El gurú de la innovación de la Universidad de Harvard apuesta por las empresas rompedoras.

Clayton Christensen es un gigante en el mundo de la innovación tecnológica. El profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard (que mide más de dos metros) es el padre de la influyente teoría de la tecnología disruptiva y este año ha sido coronado por la revista Forbes como “el pensador de negocios más influyente del mundo”.
Lo que es menos conocido es que Christensen, de 59 años, ha puesto en juego su fortuna personal y la de su extensa familia apostando por sus ideas académicas. El fondo de inversión de Boston que posee, llamado Rose Park Advisors gestiona un “Fondo de Innovación Rompedora” que ha invertido más de 100 millones de dólares en empresas que encajan con sus teorías sobre cómo la tecnología transforma los mercados.
La nueva empresa de inversiones está dirigida por el hijo de 34 años de Christensen, Matthew, otro licenciado de la Escuela de Negocios de Harvard que ha trabajado como consultor de gestión. Matt Christensen afirma que el fondo sigue estrechamente las ideas desarrolladas por su padre en libros como The Innovator’s Solution (La solución del innovador), que describe cómo las nuevas tecnologías y la psicología de gestión llevan al auge y caída de grandes empresas.
Padre e hijo empezaron a invertir juntos en 2002, según Matt Christensen. “Y nos fue muy bien, así que pensamos en dedicarnos a ello”. En 2007 lanzaron Rose Park, llamado así por el barrio de Salt Lake City en el que se crió el mayor de los Christensen.
El fondo maneja el dinero de unos 40 inversores, entre ellos Scott Cook, el fundador y presidente de Intuit, que crea el software TurboTax. También gestiona la mayoría de los ahorros del clan de los Christensen. “Nos encargamos de la inversión de casi todo el dinero de la familia”, explica Matt Christensen, que trabaja en estrecha unión con su padre. “Hablamos casi a diario y nos reunimos para charlar de la cartera de acciones cada dos semanas”
Al contrario que los fondos de inversión que usan algoritmos para vender y comprar acciones, añade, Rose Park suele escoger sus inversiones siguiendo un criterio muy sencillo: “rompedor o no”.
Y si bien mucha gente usa el término “rompedor” para referirse a cualquier clase de avance importante, para los Christensen las tecnologías que cuentan son aquellas que están a punto de explotar y pasar de ser aplicaciones para un nicho de mercado a servir para el público general. Su fondo invierte en empresas de reciente creación y también apuesta en contra de empresas de primera línea más antiguas en campos como los medios y la industria que ellos consideran están a punto de sufrir dramáticas pérdidas. “La única restricción que es inamovible a la hora de decidir las inversiones es el marco académico con el que analizamos el mundo. Somos bastante estrictos en nuestra definición de algo rompedor”, afirma Matt Christensen. “Cada semana llaman tres o cuatro oportunidades a nuestra puerta diciendo ‘somos una innovación rompedora. Y no lo son”.
Más recientemente, Rose Park ha empezado a invertir en start-ups privadas. Ha comprado acciones en BioLite, una empresa que ha creado un infiernillo de camping capaz de cargar un teléfono móvil, y también en Coupang, un sitio web coreano parecido a Groupon, el fenómeno de las ofertas por Internet. Christensen afirma que el fondo ha funcionado razonablemente bien, pero reconoce que no todas las inversiones han salido perfectas. Los Christensen invirtieron en eBay, viendo que había posibilidades rompedoras en sus unidades de Skype y Paypal, pero su inversión perdió valor cuando ciertos problemas con el negocio de las subastas de eBay acabó arrastrando las acciones de la empresa a la baja. Es una lección que han aprendido. “Ahora nos quedamos con empresas en las que creemos que hay un claro caso de innovación”, sostiene Christensen.
Christensen ha compartido con Technology Review cinco empresas públicas en las que Rose Park invierte en la actualidad:
Athenahealth
Athenahealth es una empresa de software médico dedicada a crear productos para las consultas particulares de médicos y hospitales pequeños. La empresa arrancó con la automatización de tareas que ningún médico quería hacer, como la facturación para las mutuas de salud. A partir de ahí, ha ampliado su oferta a los historiales médicos informatizados y las páginas web para médicos. Ahora crece rápidamente, sobre todo porque las leyes federales exigen a un número cada vez mayor de médicos que informaticen sus consultas. Christensen afirma que Athenahealth es un ejemplo de cómo las empresas tecnológicas pueden tener éxito “integrándose entorno a una tarea por hacer” o creando un servicio completo con el que es muy difícil competir.
Cree
Cree fabrica diodos emisores de luz (LED) con materiales semiconductores. Los ledes, cuyo uso es cada vez más frecuente en sistemas de iluminación tanto de interior como de exterior, duran mucho más que las bombillas convencionales y usan menos energía. Pero también son mucho más caros. Ese es el escenario de una batalla entre Cree y enormes empresas como General Electric y Siemens, que venden ledes pero también poseen las fábricas que siguen produciendo las bombillas de cristal económicas. Es posible que los grandes jugadores estén en desventaja. Christensen afirma: “Es muy difícil ser bueno en dos negocios distintos”. Mientras esas empresas tienen que centrarse en las ventas de sus bombillas incandescentes, Cree puede centrarse en las características específicas de la iluminación basada en semiconductores, donde el gran reto está en reducir los costes. Christensen señala que Cree ha comprado empresas especializadas en la fabricación de lámparas como una forma de bajar el precio del producto. “Cree entiende que en el coste de las luces LED juegan muchos más factores que la mera fabricación de chips más baratos”, explica.
New Oriental Education & Technology Group
New Oriental es el equivalente de Kaplan en China. Especializada en la preparación para exámenes, esta academia privada de cursos intensivos para niños y adolescentes comenzó ofreciendo clases de inglés y otros idiomas, pero se pasó a la educación general y ahora crece a un buen ritmo, abriendo sedes en las ciudades chinas de segundo y tercer nivel donde vive la mayor parte de la población, lugares como Xiangfan y Urumqi. New Oriental, en opinión de los Christensen, está creando nuevos mercados donde antes no existían. Aunque aún no ha abierto una universidad privada en el país socialista, ese podría ser el siguiente paso en su plan de negocios.
NxStage Medical
Las personas con fallo renal acuden a centros de diálisis para que les limpien la sangre, un traslado que les puede exponer a infecciones, algo especialmente peligroso si están muy enfermos. ¿Por qué no traer la máquina al paciente? NxStage ha creado una máquina de diálisis portátil que cabe detrás de la cama en una unidad de cuidados intensivos o que puede usarse en casa. Si bien el aparato no es tan competente como las máquinas de diálisis punteras, puede tener otras ventajas además de la portabilidad: una máquina de diálisis personal permite a los pacientes limpiar su sangre más a menudo, lo que tiene el potencial de hacer que estén más sanos. Es cierto que otros competidores mucho más grandes como Fresenius han presentado sus propias máquinas de diálisis portátiles. Pero NxStage podría tener la ventaja del centrarse “en el clásico dilema del innovador, es muy difícil para cualquier organización vender a los grandes y al mercado al por menor”, sostiene Christensen, “se dice que ‘los grandes podrían aplastar a esta empresa’. Pero hemos descubierto que eso casi nunca sucede”.
Salesforce.com
Salesforce fue un pionero al proporcionar software para empresas de forma barata a través de un navegador Web, una idea que hoy en día se conoce como computación en la nube. Anteriormente, el software de empresa, como por ejemplo las herramientas para gestionar las ventas, venían en discos y solían instalarlo y adaptarlo consultores externos que cobraban salarios muy elevados. Ahora que las empresas están cambiando rápidamente a software con sede en la nube, el valor de las acciones de Salesforce se ha disparado. ¿Son demasiado caras ya? Los Christensen no lo creen. Investigaciones hechas por la Escuela de Negocios de Harvard han descubierto que si bien las acciones de empresas pioneras como Salesforce pueden parecer caras, de hecho sucede justo lo contrario. Estas empresas tienden a estar infravaloradas de forma crónica. “Es cierto que Salesforce tiene muchos clientes. Pero hay aún más empresas que no lo usan”, afirma Christensen, que cree que al final todas las empresas harán la transición a software de empresa con sede en la nube. “La lección a aprender es que a menudo las cosas son mucho más grande de lo que crees”, sentencia Christensen.
Copyright Technology Review 2011.

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