lunes, 9 de enero de 2012

Windows 8 es la clave del futuro de la alianza de Microsoft e Intel

Microsoft Corp. estremeció la industria tecnológica hace un año cuando anunció un cambio radical de estrategia: un plan para desarrollar una próxima generación de software que dependa menos de su alianza de 30 años con el fabricante de microprocesadores Intel Corp.
Un año después, no está claro si el paso del gigante de software hará gran cosa por mejorar su posición rezagada en el segmento de los aparatos móviles ni si será tan perjudicial para Intel como se temía al principio.
Getty Images
Steve Ballmer, presidente ejecutivo de Microsoft, y Paul Otellini, presidente de Intel.
Steve Ballmer, presidente ejecutivo de Microsoft, regresa hoy al escenario de la Feria de Electrónicos de Consumo en Las Vegas, donde explicó el plan de la compañía para el programa Windows 8. No se prevé que demuestre ninguna función nueva ni aporte detalles sobre su progreso. Ejecutivos de la industria no creen que la versión terminada esté lista antes del segundo semestre.
Sin embargo, ya se ha encendido un debate sobre cuáles serán las ramificaciones del nuevo sistema operativo, que incluye una interfaz activada por el tacto con la que espera competir contra Apple Inc. y otros rivales en el mercado de los aparatos estilo tableta.
Microsoft optó por un quiebre con el pasado al otorgarle a Windows 8 una doble personalidad. El sistema operativo funciona con los chips de ARM Holdings PLC así como con los x86 que venden Intel y Advanced Micro Devices Inc.
Los proveedores de los chips de ARM, como Qualcomm Inc., creen que el software de Microsoft representa la puerta de entrada a las computadoras portátiles. Intel, en cambio, apuesta a que Windows 8 hará llegar sus chips a numerosas tabletas.
"Estamos muy entusiasmados con Windows 8", dijo Paul Otellini, su presidente ejecutivo, durante una reciente conferencia con inversionistas. "Creo que es una de las mejores cosas que le ha pasado a nuestra empresa".
Se prevé que Otellini se refiera a esto en su propio discurso el martes en la Feria de Las Vegas, que será inaugurada el martes y que espera atraer a 150.000 visitantes hasta su clausura el viernes.
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Quiebre con la historia
Cualquier incertidumbre sobre una versión de Windows constituye una ruptura en la historia de la industria de las PC, donde cada nuevo sistema operativo de Microsoft impulsaba la demanda por chips más poderosos de Intel. El dúo, que pronto fue bautizado como Wintel, pasó a acaparar las mayores ganancias del sector.
El gasto en el sector de PC, sin embargo, pierde fuerza. La consultora Gartner Inc. proyecta una caída de 1% en las ventas de PC a US$233.000 millones y un alza de 53% en las de computadoras tipo tableta, a US$50.000 millones.
Microsoft, que en su día tenía un dominio indiscutible sobre los desarrolladores de software, ha perdido mucho terreno a medida que el iPhone y iPad de Apple y otros aparatos que funcionan con el sistema operativo Android, de Google Inc., se han ido apoderando del mercado para aplicaciones móviles simples que han reforzado la popularidad de estos aparatos. El hardware y los sistemas operativos se basan en los chips de ARM, cuyo menor consumo de energía alarga la duración de las baterías.
Microsoft se está jugando mucho. Windows 8, "es donde Microsoft pone su bandera para seguir siendo relevante", dice Phil McKinney, quien hasta el mes pasado se desempeñó como vicepresidente y director de tecnología del grupo de PC de Hewlett-Packard Co. "En cierta forma rompe la familia Wintel tradicional", agrega.
Los analistas y ejecutivos de la industria ven una promesa técnica en Windows 8, pero no está claro será suficiente para ayudar a Microsoft en el negocio de las tabletas. Incluso los usuarios del software Android de Google pasan apuros para competir contra el iPad de Apple.
La principal virtud de Windows 8 sería que comparte más características con las PC y su software de aplicaciones. Este atributo, junto a las funciones de seguridad que incorpora Windows, podría convencer a las empresas, que se han mostrado renuentes a comprar tabletas.
Los competidores, sin embargo, no se han quedado de brazos cruzados. Google, por ejemplo, trabaja en la actualización de Android, conocida bajo el nombre en clave Ice Cream Sandwich. A diferencia de ediciones anteriores, las versiones del sistema operativo para teléfonos inteligentes y tabletas evolucionaron a partir de códigos de programación diferentes, lo que causó complicaciones como aplicaciones que no funcionan en todos los aparatos. El nuevo programa de Google será esencialmente un software único.

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