viernes, 17 de agosto de 2012

Una tableta de Samsung con estilo propio

Por Walter Mossberg

Aunque han sido las mejores rivales del iPad de Apple, las tabletas Galaxy Tab de Samsung han estado rezagadas muy por detrás del líder en materia de popularidad. Por ejemplo, los abogados de Samsung reconocieron hace poco en el juicio de patentes que la empresa surcoreana protagoniza con Apple, que tres modelos de Galaxy Tab han vendido en conjunto 1,4 millones de unidades en Estados Unidos desde el cuarto trimestre de 2010 hasta mediados de 2012, comparado con 29,7 millones de iPads.
Esto ha llevado a Samsung a probar algo nuevo. Hace unos días lanzó en EE.UU. —y en un par de semanas lo hará en América Latina— la Galaxy Note 10.1, una tableta diseñada alrededor de dos funciones clave que no tiene el iPad: un lápiz digital, o stylus, con varias aplicaciones que permiten tomar apuntes y dibujar, así como la capacidad de abrir dos programas a la vez en una pantalla dividida.
Samsung
Samsung espera atraer a usuarios que se sienten incómodos tecleando sobre una pantalla.
En particular, Samsung está apostando a que el lápiz especial, que la compañía llama "S Pen", atraiga a usuarios a quienes les parece limitado oprimir teclas virtuales sobre una pantalla y que quieran, al menos ocasionalmente, replicar lo que pueden hacer con un bolígrafo y un bloc de papel. Steve Jobs, el difunto presidente ejecutivo de Apple, desdeñó el stylus como herramienta, aunque ahora existen varios lápices digitales que se venden por separado que funcionan incluso con el iPad.
He estado probando la Galaxy Note 10.1 y, en general, me gusta. Funciona muy bien y es rápida, y tanto el lápiz como la división de la pantalla responden como promete la empresa. Sin embargo, noté que la duración de la batería es mucho más corta que la del iPad y algunos programas de Samsung me parecieron demasiado complicados. Además, incluso el fabricante admite que es probable que el diferenciador clave, el stylus, no sea usado por todos los usuarios la mayoría de las veces.
De todas formas, puedo recomendar la Galaxy Note 10.1 como una mejor opción para las personas que valoran el lápiz digital y la división de la pantalla, o para aquellos que prefieren el sistema operativo Android.
Esta nueva tableta está hecha sobre la base de un modelo anterior de Samsung, la Galaxy Note, de 5 pulgadas. Ese aparato era en realidad un teléfono gigantesco, con algunas funciones de tabletas, una especie de término medio entre ambas categorías de aparatos. En cambio, la Galaxy Note 10.1 es una tableta pura, de un tamaño similar al iPad y con el mismo precio base de US$499 en EE.UU. para la versión de 16 gigabytes.
Al igual que otros productos de Samsung, la Note 10.1 está basada en el sistema operativo Android de Google, con algunas funciones añadidas por el fabricante surcoreano. Utiliza la versión anterior del software, Ice Cream Sandwich, pero la empresa promete actualizarla a la más reciente, Jelly Bean, en una fecha que no especificó.
La nueva tableta también se ve diferente. Tiene una cubierta de plástico con un borde delgado plateado, dos parlantes frontales y una ranura para guardar el stylus. A diferencia del iPad, tiene un puerto para conectar una tarjeta de memoria. Además, es más ligera y delgada que el iPad.
Aunque la pantalla tiene una resolución mucho más baja que la tableta de Apple, me pareció que los videos y las fotos se veían bien. Las cámaras frontal y posterior tomaron imágenes decentes y los parlantes ofrecieron un sonido mejor que el del iPad.
El uso del S Pen para escribir o dibujar fue fácil. El grosor de las líneas dependerá de cuánta presión aplique con el lápiz. Un stylus de repuesto cuesta US$40. Cuando saca el S Pen de su ranura, se abre un menú de aplicaciones compatibles con el lápiz. El programa principal es S Note, que básicamente es un bloc electrónico. El software también puede transformar figuras que dibuja, como un círculo, en formas perfectas.
La mayoría de estas tareas fueron simples de realizar, aunque hay muchos menús y opciones que pueden complicar la aplicación. Y si está dibujando algo que requiere que deslice la pantalla, se verá obligado a usar una mini versión de la página para llegar al lugar que quiere.
La pantalla dividida funciona sólo con una selección limitada de aplicaciones, como S Note, e-mail y el navegador de Internet. Mientras está en este modo, cada aplicación ocupa la mitad de la pantalla y se puede copiar y pegar contenido entre ellas. Me gustó esta función, pero en algunas ocasiones requería números pasos, como tomar pantallazos de una aplicación y luego recortar la imagen para pasarla al otro lado.
Otras características tienen que ver con el intercambio de contenido, que al igual que en el teléfono inteligente Galaxy S III, me pareció complejo. Igual que el iPad, la Note 10.1 podrá emitir contenido de forma inalámbrica a un televisor, a través de un adaptador, pero dicho aparato aún no está listo.
Otra cosa que me pareció útil es una barra inferior con mini aplicaciones, que son versiones básicas del software real, como e-mail, calendario, calculadora y reproductor de música.
La mayor desventaja de la Galaxy Note 10.1 fue la duración de la batería. Tras mi rigurosa prueba, la batería duró apenas siete horas y 27 minutos entre recargas, casi dos horas y media menos que la del iPad.
Con su lápiz digital y la división de la pantalla, la Galaxy Note 10.1 puede darle a Samsung el impulso que necesita en la cada vez más intensa guerra de las tabletas.

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