miércoles, 1 de mayo de 2013

10 cosas que la industria de las gaseosas no le dirá



[image]Chip Wass












1. La nueva bebida más popular es el agua.
El agua es uno de los segmentos de crecimiento más rápido en la industria de las bebidas, sugieren estudios, mientras que las ventas de las bebidas gaseosas están a la baja. De 2009 a 2011, las ventas de las bebidas regulares carbonatadas cayeron 1,9% a US$27.000 millones, según un informe de 2012 del grupo de investigación de mercado Mintel. Los consumidores están eligiendo más bebidas de bajas calorías, o sin calorías, apunta un vocero de la Asociación Estadounidense de Bebidas.
El descenso es parte de un cambio en las preferencias del consumidor. De 2001 a 2011, el consumo anual de agua embotellada se disparó en Estados Unidos 56% a 26 galones por persona —que equivale a 166 de las típicas botellas de 600 ml— según el Grupo de Información de Bebida y el censo de EE.UU. Al mismo tiempo, el consumo anual de gaseosa descendió 16% a 44 galones (unas 281 botellas individuales) por persona.
2. La Coca-Cola engordó a Santa Claus. KO +0.05%
A menudo se le atribuye a Coca-Cola la creación de la imagen moderna de Santa Claus: el viejito gordito que apareció en sus anuncios empezando en los años 30. Con las crecientes preocupaciones sobre las tasas de obesidad, el tamaño de Santa ha adoptado nuevas implicaciones. "A la gaseosa se le sigue culpando por la obesidad, y los proponentes de programas de reducción de obesidad siguen exigiendo un impuesto a la bebida", afirma el reporte de Mintel.
El consumo en alza de las bebidas azucaradas ha sido un contribuyente principal de la epidemia de la obesidad, según un reporte de 2012 publicado por el Instituto de Medicina. Demasiado consumo de azúcar es unas de las causas más directas de diabetes de tipo 2, señala Margo G. Wootan, director de política de nutrición en el Centro de Ciencias para el Interés Público, una organización sin ánimo de lucro con sede en Washington.
La industria se opone a la idea que estos estudios corroboran que las bebidas carbonatadas son un factor principal o incluso causan estos problemas.
"Ninguno de los estudios indican que beber una gaseosa te hará obeso", asevera Cristopher Gindlesperger, un vocero de la Asociación Estadounidense de Bebidas. Pero puntualiza que al mismo tiempo la industria ha respondido a estas preocupaciones y ha reducido significativamente la cantidad de azúcar en las bebidas: 45% de las bebidas carbonatadas que se venden ahora tienen cero calorías, y el número promedio de calorías por unidad ha disminuido 23% desde 1998.
Bloomberg News
Coca-Cola es una de las gaseosas más vendidas en el mundo.
3. Las bebidas de dieta no son alimentos saludables.
Malas noticias: la gaseosa de dieta tampoco podría ser saludable. Un estudio reciente realizado por investigadores franceses publicado por la revista académica The American Journal of Clinical Nutrition halló una fuerte correlación entre bebidas dietéticas y un mayor riesgo a la diabetes de tipo 2. Al consumirse en cantidades iguales, las bebidas endulzadas de manera artificial fueron asociadas con un mayor riego a desarrollar diabetes.
Pero correlación no implica causalidad. Gindlesperger, de la Asociación Estadounidense de Bebidas, dice que otros factores influyen: según el Instituto Nacional de la Diabetes, por ejemplo, personas en ciertos grupos étnicos, con sobrepeso o con antecedentes familiares son más propensas a desarrollar diabetes.
4. Dependemos de la cafeína.
Las bebidas energéticas están arrebatándole cuota de mercado a las bebidas tradicionales, afirman los expertos. De hecho, se prevé que las ventas de bebidas energéticas crezcan de US$12.500 millones el año pasado a US$21.500 millones en 2017, según el grupo de investigación de mercado Packaged Facts.
Pero el contenido de cafeína en las bebidas energéticas ha llamado la atención de la Dirección de Alimentos y Medicamentos, o FDA, de EE.UU. La FDA restringe los niveles permitidos de cafeína en bebidas carbonatadas a 200 partes por millón, o 0,02%, que equivale a unos 72 miligramos en una botella de 355 ml. Sin embargo, no existen tales restricciones en bebidas energéticas y, indica una vocera de la FDA, algunas podrían contener más de lo permitido por unidad.
Una lata de 473 mililitros de Monster Energy, una de las bebidas energéticas más populares, tiene unos 160 miligramos de cafeína (comparado a 38 miligramos en la lata de 355 mililitros de Pepsi).
5. La cafeína y el alcohol hacen una combinación peligrosa.
El número de personas que se presentan en las salas de emergencia con síntomas como taquicardia, ataques o dolores de cabeza después de tomar bebidas energéticas se disparó en EE.UU. de 10.000 a más de 20.000 desde 2007 has 2011, según una encuesta publicada por la Administración de Servicios de Abuso de Sustancias y Salud Mental de EE.UU. La mayoría de esas visitas fueron realizadas por adolescentes o adultos jóvenes, indicó.
"Estamos viendo más y más personas que llegan con estos problemas, especialmente gente joven que mezcla sus bebidas energéticas con alcohol", informa el doctor Tom Sugarman, vocero del Colegio Estadounidense de Médicos de Emergencia.
Los fabricantes de estas bebidas encuentran problemas en el estudio. Una vocera deMonster Beverage MNST -1.35% afirma que es "altamente engañoso y no corrobora ninguna conclusión de que las bebidas energéticas no son seguras para los consumidores". Y como indica un informe oficial de la Asociación Estadounidense de Bebidas: el reporte "muestra que 42% de las visitas reportadas a las salas de emergencia fueron de personas que admitieron haber consumido alcohol o tomado sustancias ilegales o fármacos…Y el consumo de esas sustancias junto con bebidas energéticas significa que las bebidas energéticas podrían ser irrelevantes".
6. Somos la última bebida que algunas personas tomaron.
Debido a que las bebidas energéticas son consideradas suplementos alimenticios, los fabricantes están obligados a reportar a la FDA muertes con potenciales vínculos a los productos. Hasta el 6 de marzo de 2013, había un reporte de una persona que tomó el suplemento y bebida energética Rockstar Energy antes de morir; 13 reportes de muertes que incluyeron el posible vinculo con 5-Hour Energy; y ochos informes de muerte que mencionaron a Monster.
No hay forma de saber si los fallecimientos y las bebidas están causalmente ligadas. Maureen Beach, una vocera de la Asociación Estadounidense de Bebidas, dice que EE.UU. "ha disfrutado" las bebidas energéticas "de manera segura" por más de 15 años y en todo el mundo por más de 25 años.
Getty Images
Vasos de gaseosas de 32 onzas como este casi fueron prohibidos en Nueva York.
7. Nos gustan los vasos grandes y no podemos mentir.
En marzo, un juez de la Corte Suprema de Nueva York revocó el plan del alcalde de la Gran Manzana, Michael Bloomberg, de prohibir a los restaurantes, puestos callejeros de comida, estadios deportivos y puestos de concesión en cines vender bebidas azucaradas en vasos más grandes de 16 onzas (o 473 ml). El gobierno de Bloomberg planea apelar la decisión, pero los expertos dicen que incluso si la prohibición de las bebidas carbonatadas extragrande tiene éxito, los minoristas encontrarán formas de sacarle la vuelta.
Scott DeFife, dirigente de relaciones gubernamentales de la Asociación Estadounidense de Restaurantes, señala que la misma prohibición tiene poco sentido práctico ya que los clientes simplemente pueden ordenar varios vasos de sus bebidas.
8. Nuestros bolsillos vetarán un impuesto sobre la gaseosa.
Cuando los esfuerzos de los promotores de la salud pública y de líderes legislativos para considerar nuevos impuestos sobre las bebidas carbonatadas y azucaradas se intensifican, indican los expertos, igual pasa con la cantidad de gastos de presión política por parte de las empresas de bebidas. Entre 2005 y 2009, conforme los promotores de la salud pública realizaban un esfuerzo grande para imponer un impuesto a la gaseosa en todo EE.UU., los gastos que la industria de la gaseosa destinó a hacer lobby ascendieron en más de 30 veces, a US$40,3 millones en 2009, informa Michael F. Jacobson, director ejecutivo del Centro de Ciencias para el Interés Público. Ese gasto aportó al fracaso de las propuestas a nivel nacional, expresa Jacobson.
9. Nuestras donaciones terminan en lugares extraños...
Un informe publicado en marzo por el Centro de Ciencias para el Interés Público señala que las empresas de gaseosas dan donativos a causas benéficas que de otra forma serían muy críticas de la industria. El informe alega que los donativos de la industria a dos grupos principales que luchan contra el hambre, el Centro de Acción e Investigación de Alimentos y Feeding America, por ejemplo, suscitan interrogantes acerca de las vínculos de estas agencias con las empresas de alimentos y bebidas.
Un vocero de Coca-Cola dice que la empresa gastó US$45 millones en organizaciones comunitarias el año pasado.
"La insinuación de que nuestros esfuerzos filantrópicos en la comunidad son motivados por algo distinto a la buena voluntad es terriblemente incorrecto", sostiene. Una vocera de PepsiCo PEP +0.30% dijo que la empresa apoya "una gran cantidad de organizaciones que trabajan en las comunidades" que sirve.
10. …incluyendo en oficinas de doctores y dentistas.
Las mismas organizaciones que deberían recomendar a la gente tomar más agua y menos gaseosa también están recibiendo dinero de los productores de estas bebidas, según un estudio del Centro de Ciencia para el Interés Público. Este señala que la industria ha otorgado dinero a grupos que representan a doctores, dentistas y nutricionistas, lo que presuntamente dificulta que den consejos imparciales.
Por su parte, las empresas de bebidas aseguran que no dan donativos con la intención de silenciar a potenciales críticos.
En 2009, Coca-Cola le dio US$600.000 a la Academia Estadounidense de Doctores Generales, o AAFP, para ayudarles a crear un sitio web para promover dietas más saludables. Glen Stream, miembro del directorio de la AAFP, califica la sociedad entre Coca-Cola y su grupo como una "alianza para el consumidor" y apunta que Coca-Cola no proporciona ningún control editorial.
"Hay un muro absoluto entre la fuente de los fondos que provienen de Coca-Cola y la información que proporcionamos", señala. "Apoyaríamos impuestos sobre las bebidas azucaradas si el impuesto fuera de hecho lo suficientemente alto para influir en el consumo".

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