lunes, 4 de noviembre de 2013

Los riesgos del "big data" para las empresas

    Por 
  • JOHN JORDAN
Los Grandes Datos o Big Data como se conoce en inglés, es el concepto de moda en el mundo de la tecnología de la información (TI). La capacidad de procesar más información, más rápido y en profundidad, les está permitiendo a empresas, gobiernos, investigadores y otros comprender el mundo de una forma que antes sólo podían soñar.
Aunque todo eso es cierto, también lo es que en nuestro apuro por aprovechar las posibilidades que nos brindan los grandes datos, quizás pasamos por alto los desafíos que presentan, como la forma en que las compañías interpretan la información, administran la política de los datos y encuentran el personal necesario para darle sentido a una marea de información nueva.
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Hay mucho en juego. Hay un mayor potencial para la invasión de la privacidad, una mayor exposición financiera en mercados que se mueven con rapidez, mayor dificultad para distinguir el ruido de la información importante y un mayor riesgo de dedicar mucho dinero y tiempo a problemas mal definidos. A menos que comprendamos y abordemos estos desafíos, corremos el riesgo de transformar todos esos datos y su potencial de mejorar nuestras organizaciones en una distracción, una ilusión o una batalla territorial paralizante.
Son excelentes herramientas pero, ¿quién sabe usarlas?
Contratar personal calificado para trabajar con herramientas de análisis de datos como Hive, Pig, Cassandra, MongoDB o Hadoop es sólo la primera capa de la cebolla. Pocas empresas tienen expertos que puedan siquiera justificar desde el punto de vista comercial el costo de contratar expertos en grandes datos, muchos menos evaluar la calidad de los postulantes. Además, muchos gerentes no son lo suficientemente diestros con los números y puede ser difícil que los formuladores de decisiones entiendan mecanismos estadísticos sofisticados.
Otra capa de la cebolla es que para que estas técnicas sean útiles, los programadores y analistas deben entender los fundamentos de la industria en que trabajan. Si los analistas no conocen el negocio y las preguntas que tienen que hacer, la empresa corre el riesgo de encontrarse con muchos costosos callejones sin salida. Una capa final es la seguridad de la TI. No todas las empresas tienen la capacidad de mantener seguros los datos.
Mucha información es mucho poder
Suele pensarse que el control sobre la información brinda poder dentro de una organización. Claramente, quien toma las decisiones sobre lo que se analiza en la era de los grandes datos acumulará más poder. Además, compartir información a través de fronteras organizacionales, que es parte de la naturaleza de los grandes datos, puede alterar las relaciones de poder tradicionales.
Considere una empresa con una planta en Canadá y otra en Estados Unidos. Datos provenientes de sensores muestran que la producción de la planta canadiense tiene un confiabilidad de 97%, mientras la de la planta estadounidense logra sólo 80%. Entonces, los gerentes de la planta canadiense podrían tener más prestigio en la organización, para consternación de los de EE.UU. La empresa podría ser más rentable, pero los ejecutivos deben estar preparados para manejar la política interna. Este tipo de situaciones se verá exacerbada por el hecho de que los procesos que tradicionalmente se planean y ejecutan durante meses podrían ser evaluados en cuestión de minutos. Quienes mandaban en la forma tradicional de trabajar, podrían quedarse rezagados en el mundo nuevo de los grandes datos.
¿Qué hacemos con todos estos números?
Las bases de datos estándar existen desde hace unos 35 años, así que una experiencia sustancial hace que estas herramientas sean relativamente fáciles de comprender y utilizar. Los grades datos, en cambio, recién se inventan, así que las técnicas para organizar y entender su significado subyacente aún están en su infancia.
Tampoco es fácil darle un sentido a la información a esta escala. Bruce Schneier, un gurú de la seguridad informática, resume el conocimiento de aritmética de muchas personas de la siguiente manera: "uno, dos, muchos". Las hojas de cálculo, que siguen siendo la principal herramienta de análisis cuantitativo en muchas empresas, no pueden ni remotamente transmitir datos tan específicos como la cantidad de autos en la calle en un momento determinado en una ciudad en particular o el gasto fiscal en proyectos de transporte en una semana.
El reto de pensar en grande
¿Qué significa pensar a una escala tan grande? ¿Cómo pueden más empresarios aprender a pensar de forma más probabilística que anecdótica? De cierta forma, requiere una nueva cosmovisión.
Además, los principios de la buena gestión se extienden al dominio de los grandes datos.
Antes de que las compañías puedan obtener ganancias con los grandes datos, los gerentes no deben dejar que la avalancha de cifras oscurezca las fuerzas básicas representadas por los clientes, el valor y la ejecución. Siempre es crucial insistir en los fundamentos de un buen análisis. Y recordar: las cifras pueden decirle cosas que ni siquiera sabía cómo preguntar. Pero nunca hablan por sí mismas.
—Jordan es profesor de la Facultad de Negocios Smeal de la Universidad Estatal Penn.

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