jueves, 3 de abril de 2014

¿Cuáles son las posibilidades de éxito de las aplicaciones que mantienen el anonimato?

Por Wharton Universia

Una serie de aplicaciones móviles luchan por convertirse en el confesionario favorito del público al permitir que las personas divulguen sus secretos más íntimos de forma anónima. Whisper y Secret —que lanzaron un canal especial en la Web dedicado a chismes o cotilleos durante el festival South by Southwest [festivales de cine, música y tecnología]— y, en breve, Rumr, están entre las diversas aplicaciones que apuestan por proporcionar a las personas una válvula de escape que les permita revelar su verdadero yo en el mundo digital, donde es preciso gestionar con mucho cuidado la reputación pública.

Los mensajes en esas aplicaciones van desde la conversación más banal a las reflexiones más libidinosas; a veces, sin embargo, surgen cosas realmente interesantes. "Hace dos meses que tomo anfetamina", dijo un usuario de Whisper recientemente. "Tengo 17 años y duermo con mi manta de bebé", confesó otro. "Estoy haciendo de niñera y me drogué en el servicio", reveló otra para horror de los padres que usan la aplicación.

No hay una manera fácil de verificar si esos mensajes son verdaderos. Pero al menos una revelación confidencial realizada en Secret fue tan equivocada que acabó siendo refutada públicamente. El día 6 de febrero, Jon Wheatley, empresario del sector de tecnología, tuiteó la imagen de un post que había encontrado y que decía: "Trabajo en Evernote y estamos a punto de ser comprados". La revelación hizo que Phil Libin, consejero delegado de Evernote, respondiera al tuit: "No hay un ápice de verdad en eso. Es lo mínimo que puedo decir".

Pero los inversores están fascinados: el otoño pasado Whisper captó US$ 12 millones en fondos de Serie B de inversores de riesgo, entre ellos Sequoia Capital, después de recaudar inicialmente US$ 3 millones, según datos de CrunchBase. Secret recaudó US$ 1,43 millones en diciembre de 2013 y puso su aplicación a funcionar un mes después; entre sus patrocinadores están Google Ventures, Kleiner Perkins, Caufield y Byers. Google también está invirtiendo en Rumr, que captó US$ 800.000, según un artículo reciente de la web de noticias de tecnología PandoDaily.

La popularidad de esas aplicaciones muestra que a los jóvenes sí les importa la privacidad, a pesar de que el sentido común diga lo contrario, observa Kevin Werbach, profesor de Estudios jurídicos y de Ética en los negocios de Wharton. Hay quién quiere hablar libremente, pero esas personas creen que sólo pueden hacerlo de forma anónima, añade Shawndra Hill, profesora de Gestión de las Operaciones y de la Información de Wharton. "Ellas creen que su vida profesional o en general podría verse perjudicada" si hicieran sus comentarios abiertamente, sobre todo porque esas huellas digitales "pueden permanecer para siempre", dice.

Werbach resalta que la revelación de Edward Snowden, que delató las actividades de espionaje global de la agencia de Seguridad Nacional de EEUU (NSA), "muestra cómo estamos cada vez más controlados". Snowden habló esta semana en el festival South by Southwest y dijo que la NSA "amenazaba con incendiar el futuro de Internet". Él convocó al público para que hiciera de "bombero" o defensor de un clima menos conflictivo en Internet. Según Werbach, ese espionaje a escala masiva "creó un ansia de soluciones que ofrezcan protección".

Sin embargo, el atractivo de las aplicaciones se debe, principalmente, al hecho de que permiten al usuario "la libertad de ser él todavía", observa Werbach. Para Z. John Zhang, profesor de Marketing de Wharton, aunque sea bueno que el anonimato permita que las personas se sientan más cómodas a la hora de expresar sus opiniones, los abusos son inevitables. "El problema es que las personas tienden a comportarse mal", dice él. De hecho, las investigaciones muestran que las personas que publican mensajes anónimamente tienden a ser "más rudas y a usar un lenguaje más duro", añade Hill.

Pero, Michael Heyward y Brad Brooks, fundadores de Whisper, se consideran creadores de un ambiente en que las personas no sólo pueden ser ellas mismas, también pueden demostrar compasión. En un blog de la empresa, ellos dijeron que su misión era "hacer del mundo un lugar más auténtico, compasivo, comprensivo y conectado", una oda al mantra tan declarado de Facebook de hacer el mundo "más abierto y conectado". "Creíamos que la próxima versión de la web social no se preocuparía sólo por la gestión de la reputación", dijeron. Los fundadores de Secret, David Byttow y Chrys Bader-Wechseler, concuerdan, y dijeron en un post de blog que en los medios sociales las personas "filtran muchas cosas y, con eso, se pierde la conexión humana". Roelof Botha, socio de Sequoia Capital, cree que Whisper hizo la apuesta acertada, prueba de ello son los 2.500 millones de páginas vistas al mes. "Cotillear da una sensación de libertad que compartir algo de forma pública —o la negación de alguna cosa— no proporciona", dijo él en un blog de la empresa. "Hay más autenticidad que en cualquier otra red social".

La mayor parte de los usuarios de Internet desea algún grado de anonimato. Según una investigación de septiembre de 2013 hecha por el Proyecto Pew de Investigación de Internet, un 86% de los 1.000 entrevistados dijeron que habían tomado medidas para borrar sus huellas digitales en la Web, borrando un post anterior, eliminando cookies o encriptando el contenido del correo electrónico. El principal motivo señalado fue la privacidad: sus cuentas fueron hackeadas o comprometidas sin autorización. El segundo motivo estaba asociado a problemas en las relaciones personales causados por las revelaciones contenidas en un post.

Transformar chismes en dinero

Aunque la popularidad actual de las aplicaciones que permiten el anonimato se debe a que las personas todavía se preocupan por la privacidad, las confesiones digitales traen consigo otros problemas. "Nadie sabe si esas aplicaciones resistirán a largo plazo, tampoco si es posible ganar dinero con ellas", dice Werbach. La mayor parte de los jóvenes usuarios de esas aplicaciones es "bastante inestable" y está movida "por la moda y por el boca a boca". Incluso Facebook se enfrenta a la posibilidad de que los jóvenes lo abandonen en favor de la "próxima moda", resalta Werbach.

Tampoco se sabe de qué modo las aplicaciones van a dar beneficios con publicidad, ya que no permiten que el usuario sea rastreado. Muchas aplicaciones del segmento móvil dependen esencialmente del perfil demográfico de sus usuarios. La aplicación Secret dificulta el rastreo del usuario gracias a una nueva característica que le permite romper cualquier link que remita a sus posts. "El anonimato genera una carga para la estrategia de monetarización", dice Werbach.

El éxito de esas aplicaciones, sin embargo, no debe ocultar el hecho de que ya fue posible anteriormente hacer confesiones anónimas en Internet. "No es como si antes de Secret y de Whisper no hubiera habido una manera de que las personas comunicaran determinadas informaciones", dice Werbach. Cuando las personas crean cuentas online usando nombres falsos "ellas actúan de forma anónima", dice Hill. "No hay ninguna novedad en eso".

Por ejemplo, Tor, un servicio para quien desea permanecer anónimo, existe desde hace casi una década. Él permite al usuario seguir por rutas tortuosas en Internet y así ocultar sus huellas, ofuscar a los que monitorizan sus pasos, como Google, y preservar su identidad. Además, a principios de la década de 1990, un servicio finlandés llamado "anon.penet.fi" retiraba la identificación del correo para permitir conversaciones anónimas en Internet. "Son servicios que han facilitado las comunicaciones anónimas desde hace por lo menos 20 años", dice Werbach.

Respecto a las aplicaciones de anonimato que han propiciado una serie de actividades ilegales, Werbach dice que los criminales que quieren permanecer ocultos en Internet ya usan otros medios. Aunque Secret, Whisper y otras aplicaciones parecidas incrementen el repertorio de herramientas online disponibles, su simplicidad seduce con más frecuencia al usuario que desea publicar alguna cosa más próxima al chisme, a lo libidinoso o al coqueteo. "La mayor parte de las personas usa esas aplicaciones para hablar de sexo, drogas y rock and roll", dice Werbach. "Las personas que quieren hacer un cotilleo no van a molestarse en instalar Tor".

Sin embargo, incluso el chisme puede ser un estorbo para las aplicaciones de anonimato si acaban utilizándose para el bullying digital. El año pasado, la adolescente británica Izzy Dix se ahorcó después de ser provocada durante años en Internet y fuera de ella por compañeras de la escuela y trolls de Internet, según el medio informativo. Ella es una de las varias personas que se suicidaron y que mantenían vínculos con Ask.fm, una web de anonimato de Letonia con 100 millones de usuarios en todo el mundo. Change.org está tramitando una solicitud para que Ask.fm sea cerrada. Hasta el momento, más de 9.300 personas han apoyado la solicitud.

Los dueños de Ask.fm hicieron una revisión de los controles de la web facilitando, entre otras cosas, la denuncia de la práctica del bullying además de crear una web de informaciones separada para los padres. Aunque las aplicaciones de anonimato puedan introducir políticas antibullying similares, aun así no hay garantía de que no habrá acoso. El 5 de marzo, Bloomberg informó que una joven italiana de 14 años que había pedido apoyo emocional a Ask.fm se suicidó saltando del 10º piso de un hotel después de ser asediada por los usuarios de la web que la aconsejaron "matarse".

Las aplicaciones de anonimato crean un ambiente en que la persona se siente autorizada a comportarse de forma imprudente. "Si no hay necesidad de rendir cuentas, se pierde el sentido de la responsabilidad", dice Zhang. Pero, según Neetzan Zimmerman, editor jefe de Whisper, procedente de la web de noticias del tabloide Gawker, aplicaciones como Whisper también tienen su lado positivo. "Me refiero a la posibilidad de denuncia, de exponer los secretos de las empresas, del Gobierno", dijo a Adweek, en una entrevista en vídeo el 17 de enero.

¿Qué sucede con los datos?

Zhang, sin embargo, cree que la utilidad de las aplicaciones de anonimato para los políticos disidentes es limitada. En países como China, el Gobierno responsabiliza al usuario de lo que publica. Si a las autoridades no les gusta lo que las personas están diciendo, ellas cierran la web o la aplicación. "YouTube está bloqueado en China, así como Facebook", dice Zhang. "El Gobierno chino quiere controlar los medios [...] Quiere ser capaz de producir una narrativa que no pueda ser contestada por nadie. Si tiene acceso a YouTube, puede ver lo que las personas están realmente haciendo. Eso China no lo tolera".

En las sociedades en que hay derechos de libertad de expresión, Zhang dice que hay menos incentivo para que las personas oculten su punto de vista político, por lo tanto la necesidad de aplicaciones que preserven el anonimato no es tan grande. "Especialmente en EEUU, si quisiera exponer la corrupción de las autoridades gubernamentales, podría hacerlo fácilmente", dice. "Tiene la protección de la ley. Si quiere decir alguna cosa mala sobre Obama, puede hacerlo. No necesita esconder el nombre". Si el empleador quisiera exponer las heridas de la empresa, también estará protegido. "Existe una ley que protege a los delatores", dice Zhang.

Otro problema de las aplicaciones de anonimato es que no hay garantía absoluta de secreto. Los términos de servicio de Whisper señalan que aunque la empresa se esfuerce en borrar los mensajes inmediatamente después de ser transmitidos, "no podemos garantizar" que sean "totalmente" borrados, advierte. Por lo tanto, cualquier mensaje será enviado "por cuenta y riesgo" del usuario. Además, cuando nuevas empresas de tecnología responsables de esas aplicaciones sean compradas, "¿Qué sucederá con los datos?", se pregunta Hill. "Aunque oculte su nombre en ese tipo de actividad, eso no significa que no pueda ser identificado".

Whisper dice que guarda direcciones de IP de los usuarios y otras informaciones — como, por ejemplo, el tipo de navegador usado, el sistema operativo y el proveedor de Internet utilizado, para analizar las tendencias así como "perfeccionar y actualizar" la aplicación, informa la empresa. Secret, que también guarda direcciones de IP y otros datos, revela en sus condiciones de servicio que compartirá informaciones del usuario si el Gobierno o los tribunales lo exigen.

A pesar de todas sus deficiencias, las aplicaciones de anonimato deben agradar principalmente al público de un "nicho" específico, dice Zhang. Su contenido será relegado a lo que estimula más a otros usuarios. "Ellos compiten con los TMZ del mundo offline", resalta Werbach. Hill añade que la tendencia durará solamente si las aplicaciones demuestran que son útiles. "Si hubiera una razón por la cual las personas necesitan actuar de forma anónima, ese tipo de aplicación sobrevivirá", dice ella. "Si fuera sólo por diversión, probablemente desaparecerán". 


Publicado el: 31/03/2014
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